Resumen:
Este trabajo presenta los resultados de una investigación descriptiva sobre las
relaciones entre educación y trabajo y el posicionamiento del rol del trabajador
social al interior de las escuelas de formación profesional, ante la emergencia
de los nuevos escenarios socio-productivos y educativos que emergen en los
últimos años.
La llegada de otros actores tanto formadores (cámaras empresariales,
sindicatos organizaciones civiles), así como destinatarios (alumnos jóvenes y
adultos) portadores de perfiles distintos a los que las escuelas de formación
profesional recibían tradicionalmente, constituyen dimensiones que modifican
las practicas y rompen con el tradicional formato de la formación-capacitación
pensada para sus alumnos.
Ante este escenario se plantea el problema de interpretar el comportamiento
de estos actores y de cómo el Estado a través de políticas públicas
específicas direcciona la formación para el trabajo, recurriendo a programas
que sostienen la inclusión como eje. No obstante, nos preguntamos si las
instituciones y sus actores pueden alcanzan a dar las respuestas esperadas.
Por lo cual resulta pertinente analizar de qué manera es posible adecuar o
modificar las prácticas del trabajo social.
A tal fin se realiza una caracterización del campo de la educación de adultos
en su diversidad conceptual y política a través de un análisis histórico.
Por otra parte, se efectúa una comparación de los diversos programas y
estrategias destinadas a la inserción laboral de los jóvenes y adultos en la
década de los 90 y en los dos mil, examinado similitudes y diferencias.