Resumen:
El 10 de diciembre de 1983 asumió como presidente de Argentina el Dr.
Raúl Ricardo Alfonsín, dando fin a la dictadura cívico-militar que entre 1983 y
1976 gobernó el país. Desde el inicio de su gestión debió enfrentar distintas
demandas acerca de cómo lidiar con el pasado dictatorial provenientes, sobre
todo, de dos sectores que sostenían posiciones adversas: Por un lado, las
Fuerzas Armadas, que solicitaban el reconocimiento y la reivindicación por su
accionar en lo que denominaron la "lucha antisubversiva" realizada a lo largo
de todo el proceso desarrollado entre marzo de 1976 y diciembre de 1983.Por
otro lado, las organizaciones del Movimiento de derechos humanos, que
solicitaban conocer la verdad acerca del destino de miles de ciudadanos
desaparecidos y el juzgamiento de los responsables de los crímenes
cometidos.
Frente a estas demandas Alfonsín se vio en la obligación de decidir
cómo enfrentar lo ocurrido durante el período dictatorial. Una de las primeras
medidas que tomó consistió en la creación de una Comisión que tuvo como
resultado la recepción de denuncias y testimonios que contribuyesen a conocer
la verdad acerca de las desapariciones. Así, a través del Decreto presidencial
N° 187 del 15 de diciembre de 1983, creó la Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas (CONADEP). Una vez creada la CONADEP, esta
comenzó a recibir denuncias y testimonios. A los pocos meses, la comisión
decidió ampliar la recopilación de la información en ciertos puntos clave del
interior del país y creó distintas delegaciones en algunas de las ciudades donde
la represión se desplegó con más intensidad. Entre las ciudades elegidas se
encontraron Mar del Plata, Bahía Blanca, Santa Fé, Rosario, Córdoba y Chaco.
En la investigación que aquí propongo me centraré en indagar acerca de
distintos aspectos de las creaciones de las delegaciones CONADEP de las
ciudades de Mar del Plata y Bahía Blanca como un momento inicial para
analizar las luchas por las memorias y los sentidos sociales del pasado reciente
de represión política y terrorismo de Estado. Para ello indagaré en las
condiciones de emergencia de estas comisiones, la trama de relaciones
políticas sociales y culturales en la que se inscribieron, los conflictos en torno a la tarea a realizar y los sentidos e interpretaciones sobre el pasado inmediato
que ambas comisiones volcaron en sus respectivos informes finales.